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La cuestión del ayuno (Mc 2,18-22; Lc 5,33-39)

14 Entonces se acercaron a Jesús los discípulos de Juan el Bautista y le preguntaron:

— ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos tantas veces y, en cambio, tus discípulos no ayunan?

15 Jesús les contestó:

— ¿Pueden acaso estar tristes los invitados a una boda mientras el novio está con ellos? Ya llegará el momento en que les faltará el novio; entonces ayunarán. 16 Nadie remienda un vestido viejo con una pieza de tela nueva, porque el remiendo tira de la tela, y el roto se hace mayor.

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